Agra

Otro sueño cumplido

Y por fin, llegamos a Agra al atardecer y nos fuimos directos al lado opuesto del río para poder ver el Taj Mahal.
La idea era poder dar un paseo en barca y ver el atardecer desde el río con el Taj Mahal, pero no fue posible porque hay épocas del año que el caudal del río lo impide.
Así que nos conformamos con la vista desde el otro lado del río. Otra maravilla del mundo más a mi colección, la verdad que casi se me cae una lágrima, era una estructura preciosa y estéticamente muy bonita. 
Pasamos la tarde contemplándolo y sentados en un pequeño muro viendo el atardecer con cientos de pajaritos volando.

Taj Mahal

Y por fin, visitamos el Taj Mahal, para mí fue un sueño cumplido. Nos levantamos pronto para poder ir a primera hora que dicen que hay menos gente, aunque había, eso sí, la entrada que entramos por un lateral estaba prácticamente vacía.
Entramos por una puerta rojiza del lateral y luego fuimos al centro desde la puerta cruzando al interior empecé a divisar el famoso palacio y era brutal, nunca había visto algo así, parecía que estaba pintado y lo tenía en frente, pero su perfección hace que desde cierto ángulo te parezca completamente plano.
Una de las cosas bonitas cuando ves el Taj Mahal es conocer su historia porque es preciosa y es una historia de amor, lo cual yo no conocía. 
En el interior del mausoleo tampoco es que sea muy impresionante, bajo mi punto de vista me gustaba más desde el exterior. Cuando salimos fuimos al lateral y allí las vistas son una maravilla.
Además, hay una forma de ver el Taj Mahal bajo unos arcos que es muy wai porque con el reflejo de un charco se ve doble. Allí conocimos a un hombre que se ofreció a hacernos fotos, pero que no quería dinero, solo quería ayudarnos y fue supermajo y simpático. Incluso hizo una foto del Taj Mahal en el iris de mi ojo que fue espectacular. En las fotos podéis ver al hombre y las fotos os recomiendo encontrarlo si lo veis por allí y nosotras obviamente le dimos propina.
Curiosidad para tener en cuenta el acceso tiene tiempo limitado, solo puedes estar unas 3 horas en el recinto por lo cual vale la pena ir mirando el reloj porque si no tienes que pagar.

Baby Taj Mahal

Pensábamos que no había nada más por visitar en Agra y al ir tan temprano por la mañana y no irnos hasta la noche estábamos dudosos de cómo pasaríamos el día. 
Nuestro conductor nos dijo que en Agra también existía el pequeño Taj Mahal, llamado Itimad Ud Daulah, así que decidimos ir a verlo porque teníamos tiempo.
Al llegar es verdad que la arquitectura del mausoleo en el centro, los ejes cardinales con una pequeña  puerta a cada lado, era idéntica, pero obviamente no era tan imponente. La entrada era gratuita y también tenía un jardín entre la puerta y el mausoleo.
Me pareció muy bonito, pero lo que más me gustó fueron los detalles. Aún hecho de mármol blanco, hay muchísimos detalles en las paredes, celosías y demás que lo hacen muy pero que muy bonito. Eso creo que es lo que más me impresionó de ese edificio. 
Y terminada la visita nos fuimos a comer para seguir degustando la comida India que tanto me gusta y nos fuimos hacía coger el tren.

Noche en el tren Agra- Varanasi

Al llegar a la estación fue un poco impactante, monos en la vía del tren y cuando pasaba un tren iba repleto de locales que prácticamente estaban amontonados. Para nosotros fui muy impactante las imágenes. Yo no sentí miedo en ningún momento, sí que alguno de mis compañeros se agobió un poco.
Al llegar al tren íbamos en la zona donde suelen ir los turistas, así que no íbamos amontonados, pero tampoco hay mucho espacio. Teníamos camarotes y en nuestro caso solo 3 camas, la cuarta iba enfrente nuestra en el pasillo. 
Para mí fue una divertida aventura en unas literas estrechas con ruido constante de pasar a vender cosas. Nos avisaron que en el tren roban mucho, así que dormí con todo lo que llevaba de valor dentro del saco de seda que me llevé, pero te dan sábanas si quieres y están super limpias. Lo único que para mí fue una movida fue el baño, ese agujero en el suelo que olía fatal.