Huahiné
Llegamos a Huahiné después de 3 horas y media de ferry desde Tahiti. Esta es una isla local que me habían recomendado enormemente por si realmente quieres conocer la polinesia auténtica, y así es. No hay nada en concreto, pero merece la pena sin duda perderse por la isla y descubrir los diferentes rincones. Sus paisajes son espectaculares, el verde del interior con acacias, palmeras y plataneros es un placer visual para los ojos y también hay playas bonitas aunque más salvajes. Estuve 4 días y creo que quizás con 2 es suficiente porque parece grande, pero en un día puedes hacer el recorrido entero y cada dos días hay el ferry de salida.
Para alojarse lo puedes hacer en la zona sud de la isla donde iba os en principio, pero al llegar la pensión no tenía las mínimas condiciones y estábamos lejos de todo, así que nos cogimos otra pensión muy sencilla también en la zona de Fare que al menos hay un bar y un poco más de ambiente.
Playa del Sofitel
La antigua playa del Sofitel es una de las mejores playas de la isla por el azul turquesa y la arena blanca, pero tiene un punto de salvaje.
También es un buen lugar para hacer snorkel porque justo enfrente de la playa está el jardín de coral y hay muchos peces y corales preciosos. Hay un poco de corriente, así que hay que ir un poco con cuidado, pero sin duda merece la pena.
En la zona abandonada del hotel aún puedes ver las estructuras de las villas sobre el agua, la piscina, y andando por la zona también ves los tikis hechos de piedra y símbolo de la cultura de Polinesia.
Plantación de vainilla
Una de las actividades principales de la isla es visitar las plantaciones de vainilla. Hay muchas por todos lados porque la vainilla de Polinesia es una de las más conocidas y buenas del mundo.
La plantación es en una especie de invernadero y te enseñan todo el proceso de la flor hasta llegar a la vaina de vainilla. El proceso de secado también es todo un arte, porque lleva muchos meses, cosa que me sorprendió, y porque no pueden estar todo el día expuestas al sol porque se queman.
Al final de la visita, que por cierto es gratuita, hay una pequeña tienda con productos de vainilla, incluido ron y las vainas envasadas al vacío.
Fábrica de perlas
Al no hacernos unos días muy soleados en esta isla decidimos ir a conocer experiencias locales y famosas de su artesanía.
Otra de las visitas fue a una fábrica de perlas situada en medio de la laguna, cuyo acceso hicimos en barco.
Allí pudimos ver el proceso de obtención de la famosa perla negra de la polinesia, todo el criadero de conchas y las artesanías que vendían combinando la joyería con la cerámica. Está bien para hacer un poco de visita cultural, también puedes visitar la fábrica del pareo como otra opción, aunque yo no lo hice, pero conocí gente que dijo que estaba bien la visita.
Recorriendo la isla
Una de las cosas que hacer en Huahiné es recorrer la isla en moto o coche. La parte central de la isla es espectacular, la vegetación es increíble y hay carreteras empinadas, infinitas, perdidas entre acacias y palmeras. Recorriendo la isla te encuentras con varios miradores desde donde puedes ver las bahías de la isla, playas turquesas, el arrecife con sus famosas olas.
Una cosa que me llamó la atención es la cantidad de cabinas telefónicas que siguen habiendo en la isla, aunque francamente no se usan en la actualidad.
Vi un punto precioso donde hacer algunas fotos bonitas entre palmeras y como no siempre con las flores de hibiscos de las islas que le dan el toque de color.
Las anguilas sagradas
Una de las paradas más comunes en esta isla es aparcar al lado de un pequeño río en el centro de la isla e ir a ver las anguilas sagradas. En google maps pone directamente anguilas sagradas como atracción turística
Puedes ir ladeando el río y las vas a ver porque el agua está muy limpia. Son enormes, la verdad, y una de las curiosidades que me impactó es que tienen los ojos azules.
Muchas veces hay locales por allí que bajan al río y las tocan un poco para que salgan del agua y puedas apreciar cómo de grandes son. No tiene mucho más pero esta bien hacer una parada de 10 minutos.
Sur de la isla
El sur de la isla es virgen y es muy bonito, una espesa vegetación mezclada con playas vírgenes de arena blanca y aguas turquesas.
Hay una playa pública pero salvaje muy bonita en la zona del templo Anini Mara'e también tiene arena blanca y aguas turquesas y de paso puedes visitar las ruinas del templo.
En la zona sur también está el hotel Mahana que es ideal para ir a tomar algo o a relajarse en su playa.
Recorriendo la isla también encontramos un puente donde los niños locales jugaban a tirarse al agua, y se lo pasaban fenomenal.
Yatch club
Por desgracia, en Huahiné no pillamos muy buenos días y la mayoría de ellos estaba nublado o llovía, así que por la tarde y al haber conocido a un grupo de amigos en la pensión, nos dedicábamos a ir al Yach Club. De 17:00 a 19:00 tenían la happy hour y la cerveza y algunos cocktails estaban a mitad de precio, por lo que decidimos tomar unas copas. Además, solían tener música en directo y era el único sitio con un poco de ambiente en la isla.
Uno de los días era una fiesta temática con el October fest. En el bar había gente que se levantaba a bailar y bueno, fue curioso mezclarse un poco con los locales que, también cabe decir, les gusta mucho beber, aunque también pensamos que pocas cosas más tienen por hacer en esta isla.
La verdad es que nuestra suerte fue conocer al grupo de amigos que hicimos y con quien pasamos los 4 días, porque sí que nos dimos cuenta de que quizás 4 días para esta isla eran un poco demasiado y con 2 habría sido suficiente. Cabe recordar que si os movéis en ferry, no hay ferris todos los días, así que hay que cuadrar las estancias teniendo en cuenta eso.
Huahiné es una isla local auténtica de la polinesia que quizás no estaría en mi lista de indispensables, pero si tienes más días como yo, sí que la recomiendo para ver la auténtica polinesia en cuanto a vivir la cultura. Ojalá algunas partes estuvieran un poco más cuidadas y también estoy segura de que esta isla con sol es preciosa y auténtica.