Ruta a Jaipur
Madrugamos, y pusimos rumbo a Jaipur, la ciudad rosa. Por el camino, las imágenes eran impactantes, podías ver mucha basura en el camino, como sus vacas sagradas comen de allí, pero a la vez mujeres con los saris de colores que acaparaban mi atención. Cuando dicen la famosa frase de: "La India o la amas o la odias" creo que hay una parte aquí, es decir, puedes mirar hacia el lado impactante y quedarte con ello, o puedes verlo, pero voltear la cabeza y darte cuenta de que también hay mucha belleza en ese país, muchos colores, artesanos en sus calles y cohesión entre el pueblo. Ver como cogían los transportes locales también fue todo un choque cultural.
Monkey temple
Galta Ji Temple, también conocido como Monkey temple estaba cerca de Jaipur y paramos a visitarlo antes de llegar. Era el templo de los monos, pero literal. En el parking, encontramos a un señor que nos dijo que a cambio de una propina nos haría de guía. Nos contó que había salido en el National Geographic, lo cual a mi vuelta del viaje corroboré, y lo cogimos. La verdad que era un sabio loco, pero nos lo explicó muy bien.
El templo estaba muy sucio y no olía bien porque literalmente está lleno de monos, comida, era su reino y este hombre sabía gestionarlos para que se acercasen y no nos mordieran.
En el templo había varias piscinas con agua sagrada, en algunas los locales se bañaban y en otras los monos. Eso era un espectáculo, los monos estaban locos, iban corriendo por la cornisa y se tiraban al estilo bomba a la piscina, pero muchas veces, eran supergraciosos. En la piscina de abajo estaban las mujeres con sus vestidos ideales de colores que le daban al lugar un toque especial. Al ir adentrándome al templo me recordaba mucho al templo de los monos del Libro de la selva.
En el templo, sobre todo las mujeres seguían insistiendo en tomarse fotos con nosotros, conocimos a mucha gente e incluso una tiktoker con quien bailamos y le pedí si me podía prestar una tela para ir como ella. Fue muy divertido y bonito.
Birla Mandir
Antes de acabar el día hicimos una última parada en Birla Mandir, un templo de culto dedicado a Laxmi, la diosa hindú de la prosperidad, y a su esposo Vishnu. El templo llama la atención porque es todo blanco, y muy diferente al resto que habíamos visto. Los detalles es sus puertas, en como refleja la luz en su interior, los símbolos es francamente una maravilla.
Justo al lado había uno de los templos de Ganesha, y justo en la zona había una calle donde callejamos un poco recorriendo tiendas con ofrendas a los dioses, comida para llevarlos y amuletos de la cultura hindú. Nos encantó poder salirnos de la ruta y andar un poco a nuestro rollo.
Santosh Villa
Una de las experiencias que más me gustó en ese viaje fue este alojamiento porque nos alojamos con una familia local. Al llegar nos recibieron con el ritual de bienvenida, nos pusieron el punto de color en la frente, el grano de arena y nos tiraron flores por encima.
Santosh Villa era increíble, la familia muy simpática y las habitaciones eran un lujo. Hablamos durante mucho rato con ellos y fue superbonito porque pudimos descubrir su cultura a través de lo que nos contaron.
La familia es vegetariana, así que, mientas nos alojamos allí, comimos una deliciosa comida de la que quiero remarcar un postre delicioso hecho a base de frutos secos.
La terraza con sus arcos de la arquitectura tradicional hindú era muy bonita, y por la noche tenían puesta una luz verde muy agradable. Allí era ideal para tomar una cervecita antes de empezar el día siguiente.
Una de las mañanas nos despertamos muy pronto porque hicimos una clase de yoga en la terraza con un instructor mientras salía el sol. La verdad que los días era más bien nublados y no vimos salir el sol, pero igualmente fue muy bonito y relajante. Al terminar la sesión dimos un poco de riosterapia y la verdad que fue muy divertido y a la vez increíble como alguien puede reírse tan fuertemente.
Estuvimos 2 noches alojados, aunque solo 1 cenamos en la villa. Los desayunos también eran muy completos, e incluso nos enseñaron una de las bodas de sus hijos en la tele.
Amber fort
Nuestra primera parada fue en el forte de Jaipur llamado Amber. Al llegar había un chico con una serpiente, típico para turistas. Para subir al Fort hay dos opciones, subir a pie, lo cual es bastante cansado y cabe decir que el calor y la humedad hacen se convierta en un infierno, ir en elefante donde las condiciones de como los tratan son sospechosas o ir en jeep.
Nosotros escogimos el jeep y la primera parada fue el Panna Meena Ka Kund, un baori, es decir, un manantial o pozo al cual se accede desde unas escaleras geométricas muy bonitas. La simetría de las escaleras le da un juego precioso a la vista.
Ambert Fort
Al llegar a la cima era espectacular el Fort. La vista de lo que parecía la gran muralla de China en la India era increíble, aunque ahora no la podías visitar porque estaba prohibida la entrada y solo lo podías ver de lejos.
En la entrada principal vimos los elefantes llegando a los que no nos quisimos subir, aun así son unos animales preciosos y los de la India, son muy diferentes a los africanos.
Al llegar a la zona central, nuestro guía nos explicó toda la historia y la arquitectura del Fort. Los detalles, mosaicos y cristales eran una pasada. Y las columnas no les faltaba detalle.
¡En la parte interior visitamos una sala con muchos espejos que era muy bonita! Realmente mirases a donde mirases no les faltaba detalla, las puertas, los techos, el suelo, todo era impresionante y había arte en cada parte que recorrías.
Al llegar a la zona norte vimos un balcón del cual veías la muralla y las vistas eran preciosas.
Los patios interiores eran increíbles y también tenían sus jardines. Eso sí, en la entrada y salida estaban los locales que te quieren vender artesanías que muchas veces no lo son a precios desorbitados. Es obligatorio regatear, pero aun así creo que hay mejores sitios donde comprar.
Antes de comer paramos en el Man Sagar Lake, para poder ver el palacio del agua, el Jal Mahal. Una bonita estructura de palacio encima del lago. El día estaba nublado pero aun así era muy bonito de ver.
Después nos fuimos a la zona de los artesanos, antes de comer pudimos ver la artesanía del estampado de telas y hacerlo nosotros mismos. El proceso es muy curioso, empezamos haciendo con diferentes piezas de madera un elefante con colores marrones, azul oscuro y demás y al ponerlo con un ácido se transformó el marrón en un verde precioso y así el resto de colores. En las fotos podéis ver el antes y el después.
También conocimos a unos estudiantes muy majos que salían del colegio y les encantaba tomarse fotos con nosotros.
Después de comer un delicioso Dal Makhani y un naan de ajo nos fuimos a las artesanías de la tarde. Fuimos a ver la zona dedicada a las piedras preciosas y la
Joyería.
Los artesanos hacen un trabajo delicado y preciso y es muy bonito ver el proceso. En la parte de la tienda nos contaron que en su cultura las piedras preciosas van muy ligadas a las cartas astrales. Incluso cada carta astral tiene una piedra en concreto que te la pones en un anillo y se tiene que llevar en un dedo concreto y ponértela el día de la semana que te indica la carta.
Un mundo por descubrir, porque en su cultura creen mucho en la astrología y realmente es muy apasionante todo lo que nos contaron.
Jantar Mantar
Después nos fuimos a visitar el observatorio antiguo de Jaipur, el llamado Jantar Mantar. En él, vimos una colección de monumentos escultóricos con el que estudiaban la evolución de las sombras producidas por el sol. La pena fue que aquel día estaba nublado y solo vimos la teoría porque no se veía la sombra.
Entre todas las esculturas hay una que es muy impresionante porque es muy alta, creo que unos 27 metros y produce una sombra que se mueve 4 metros por hora aproximadamente.
También hay las pequeñas esculturas dedicadas a los signos zodiacales.
Al finalizar íbamos al palacio del viento y estaba muy cerca, así que decidimos ir andando para callejear y palpar más de cerca la autenticidad. Edificios rosas, gente en la calle vendiendo, esa era su realidad.
En los puestos vimos comida, la típica comida que ves en los tenderetes en Asia. Había unas samosas que tenían muy buena pinta y suele ser difícil encontrarlas en los restaurantes, pero nuestro guía nos aconsejó no tomar comida de la calle en India porque para los turistas es muy fácil coger el famoso y odioso Jelly Belly.
También había muchas tiendas de telas y ropa muy bonitas y donde podías regatear fácilmente.
Hawa Mahal
Por fin vimos el famoso palacio del viento, Hawa Mahal. Tenía muchísimas ganas de verlo y aunque me lo esperaba más grande era increíble. Eso sí, solo puedes verlo de afuera, es decir, la fachada. Es realmente impresionante todos los detalles, es para estar un buen rato mirándolo y está en medio del caos, claxon, y mucha gente.
Justo en frente hay unas terrazas donde tener una buena vista panorámica, nosotros subimos a uno de ellos muchos cafés y tomamos un delicioso lassi, una típica bebida de yogur y mango muy famosa en toda India.
Ese momento de relax con esas maravillosas vistas y empezando el atardecer fue un verdadero placer después de un día intenso con el ritmo de Jaipur.
Patrika Gate
Antes de acabar el día y de irnos de Jaipur me apetecía ver una famosa puerta de muchos colores que está en la ciudad llamada Patrika Gate.
Esta puerta está en la entrada de Jaipur que es una ciudad muy grande. Llegamos que oscurecía con lo cual pudimos ver los colores, pero no tan intensos, pero es que de fuera era espectacular oscureciendo y como se iban encendiendo las luces.
En el interior era una puerta enorme, los techos eran muy altos y las cenefas con diferentes colores era espectacular. Mirases a donde mirases había color y era muy bonita.
Estaba fuera de nuestra ruta de turismo, pero creo que merece la pena hacer una parada y verla.