Ay... esta zona sin duda es mi favorita! Me enamoré rápidamente de estos pueblos y ciudades blancos, tranquiles, con artesanos, con arte y con playas de agua turquesa y roca blanca. 
La primera parada de la zona fue Kalkan. Este pueblo es sencillamente precioso. Sus callen empedradas y empinadas te recuerdan a una isla griega, la gente es muy amable y simpática y te ayudan con todo lo que pueden.
Hay un montón de restaurantes y terrazas, pues es un pueblo turístico, aunque no encontré muchos en concreto el día que lo visité. Y hay buenas puestas de sol, por lo que hay muchas azoteas transformadas en bares y restaurantes para tener unas vistas increíbles. También hay mucha buganvilla por lo que les da un aire mediterráneo al pueblo que le da encanto. 
La playa de Kalkan es una playa pequeña pero bonita. El agua es turquesa y en lugar de arena hay piedras, esta cerca de un puerto donde también hay mucho ambiente y varios barcos pequeños atracados. 

La mejor playa sin duda de la zona es Kaputas beach, es una pequeña playa escondida entre una cartera de costa preciosa donde puedes encontrar playas en cada esquina. 
Al llegar te das cuenta, porque aunque preciosa, también es muy turística y concurrida, así que hay muchos coches aparcados en los laterales porque el párquing suele llenarse rápido porque es pequeño. Hay que pagar una tasa de acceso, y bajar unas cuantas escaleras. El agua es turquesa y suele haber un poco de oleaje, también disponen de sombrillas y hamacas para poder pasar el día entero. Preciosa y un lujo bañarse entre acantilados blancos.

Y llegó, ese pueblo que me había imaginado, ese pueblo que si me preguntasen si enamorarse de un sitio es posible, la respuesta sería sí, un rotundo. 
Era todo: el pueblo, la gente, la decoración, las calles, todo era mágico. Kas sin duda se llevó un lugar en mi corazón. No había tienda que no me gustase, las famosas tiendas de infinitas alfombras turcas, los locales, unos restaurantes con unas vistas al mar increíbles al atardecer.
Por la noche también había ambiente y muchos locales tenían música en directo para poder disfrutar y bailar. Los beach clubs alrededor de la playa con unas plataformas de madera también es uno de los distintivos de mi sitio favorito de la Riviera Turca. 

Cuando te mueves por el centro de Kas hay tantas opciones de restaurantes, que la verdad es difícil escoger, algunos tienen una comida increíble, otras unas vistas preciosas, pero todos tienen su encanto, y lo mejor de todo hay sitio sin reserva previa.
Escogimos Nazende, un restaurante con buena puntuación en internet y unas vistas de infarto entre buganvillas de color fucsia. El sitio perfecto. 
La comida estaba muy buena. Empezamos con unos entrantes típicos tucos a base de yogur y después tomamos pulpo y lubina a la brasa. El pulpo estaba muy bueno aunque no mejor que el de Gumusluk y la lubina como siempre increíble y un sabor a brasa delicioso. Bajo mi humilde punto de vista, un sitio totalmente recomendable para ir y disfrutar de una cena durante el atardecer.

Me encantaron las noches en Kas, había muchísimo ambiente y muchas opciones para disfrutar de una copa, de un cocktail, en terrazas, discotecas, música en directo y también hay la opción de tomar buenos helados y la gente es divertida y simpática.
Eso sí, descubrimos un pequeño pub muy resultón, con una terraza exterior y mesas para sentarse y en la parte interior que era de piedra había un concierto en directo de un grupo que tocaba versiones al estilo jazz. La verdad que me encantó tener un rato relajado disfrutando de una bebida y buena música. El grupo de Turquía cantaba y tocaba increíble, y el hecho de ser versiones de canciones populares, pero con estilo de jazz hace que el concierto sea un gran acierto como plan nocturno.

Nos encanta descubrir y perdernos por sitios locales, así que una zona no muy turística es la península que hay en la entrada de Kas. Al tener el coche es fácil moverte por allí. La zona llena de locales es espectacular, el agua turquesa es transparente y hay unas playas de infarto dignas del caribe. La verdad que era un verdadero placer pasar el día por allí, sumada a la ola de calor que sufrimos y las altas temperaturas. 
Encontramos una pequeña playa donde disfrutamos mucho y tenía un pequeño merendero, cosa que nos permitió comer algo a mediodía. En la playa había hierba con sombras para que no te diera el sol, la zona de playa con piedras y sol, y un pequeño beach club en una plataforma de madera con sombrillas y una escalera para salir del agua. Esa zona era perfecta. 
Por la tarde decidimos bordear con el coche toda la costa de Kas dirección Adrasan y la verdad que también encontramos playas muy bonitas. Hubiésemos necesitado mucho más tiempo para poder disfrutar plenamente de esas playas porque me pareció una pasada. 
Hicimos noche en Adrasan para poder disfrutar al día siguiente de las famosas Maldivas turcas.