Padang Bai

Livingseas Foundation

Uno de los motivos por los que escogí Bali como mi primer destino de este tiempo sabático fue querer participar en el proyecto de Livingseas Foundation que consiste en restaurar el coral del fondo del mar en Padang Bai. Así que después de Ubud me cogí un taxi compartido a Padang Bai, pues es dónde se coge el ferry para ir a las islas Gili y hay mucha gente allí. 
Padang Bai es un pequeño puerto donde me sentí como en casa rápidamente.

Playas en Padang Bai

Padang Bai tiene 2 playas bonitas, Blue Lagoon que estaba en el otro lado de la bahía donde yo me alojaba, y Bias Tugel una playa de arena blanca y aguas turquesas con varios warungs donde puedes alquilar una tumbona y sombrilla por 20.000 rupias, es decir 1,18 €. Estaba literalmente al lado del hostal donde me alojaba y para acceder a ella son 7 minutos andando por una colina.
Es una playa bonita porque queda lejos del bullicio de barcos y ferris que hay en la bahía. 
Uno de los puntos débiles es que al estar orientada al este no puedes ver el atardecer desde la playa, pero hay otros sitios maravillosos donde sí se puede ver.

Restauración de coral

Las mañanas con livingseas eran increíbles, me levantaba pronto, iba a la escuela de buceo, preparábamos todo lo que necesitábamos, cogíamos la barca y nos dirigíamos a la plataforma donde había el resto del material.
Cada día iba con un compañero diferente y el trabajo era variado, a veces plantábamos coral en el mar, otras en la plataforma, aquí tenéis un vídeo con el trabajo que hacíamos.
La felicidad que sentía viendo como los peces de colores se acercaban contentos con la restauración del coral es indescriptible. También pudimos ver delfines, algún tiburón y otros peces exóticos.

Mi dia a dia en Padang Bai

Normalmente, después de bucear venía mi momento de calma, me iba a un bonito café con cómodas sillas en la barra y pasaba la tarde tranquilamente trabajando en esta web. 
Padang Bai por la tarde se vuelve supertranquilo porque ya no hay tantos turistas y me gustaba tener mi momento y también pasear y descubrir un pueblo local tranquilo, los típicos gallos de las peleas en las cestas, warungs por la noche donde comer pescado fresco muy barato...
Me alojaba en un hostal llamado Bamboo Paradise que la verdad que eran encantadores y te ayudaban con todo lo que necesitabas

Atardeceres

En Padang Bai pude disfrutar de atardeceres maravillosos, con tonos muy rosados y anaranjados.
Mi último día allí vino a verme Julien que se había ido unos días a la montaña.  Así que pudimos disfrutar de un atardecer increíble desde las rocas de la playa de Padang Bai, aunque hay que decir que te rompe el corazón la cantidad de botellas de plástico tiradas en la playa, es un tema pendiente para ellos conservar el entorno.
Después fuimos a cenar pescado fresco en un warung y al ser 2 pudimos compartir platos y probar diferentes opciones. Sin duda alguna voy a echar de menos esa mini rutina en este pueblito.