Ubud (2024)

UBUD

Fue mi segunda vez en esta maravillosa isla, y aunque debo decir que hace 10 años que vine y parece otra también al volver recordé porque me enamoré de este destino. La verdad es que esta isla es mágica y desde el momento en que la volví a pisar me di cuenta. 
Tiene una cultura increíble y me apasiona. Mi primera ubicación fue Ubud porque pensé que sería buena idea recuperarme del Jet lag en un lugar tranquilo. Aunque ya no es para nada tranquilo y el centro no paras de ver locales como un spa al lado de un restaurante, al lado de otro spa, otro restaurante… Aún hay la opción de alquilar una moto y perderte por sus carreteras encontrando paz y conectando de verdad con una naturaleza que solo puedo decir, es espectacular. 

Al llegar en avión a Bali sobrevolamos en círculos varios minutos por el tráfico aéreo, lo que me permitió poder contemplar desde la ventana las famosas islas Gili, el monte Batur y la playa más famosa por culpa de Instagram de Nusa Penida.

Savanna hostel

Savanna fue el mejor hostal que podía haber elegido para empezar mi aventura en solitario. Era un hostal sociable con un montón de actividades preparadas por la noche que te permitía conocerte, entre ellas cine al aire libre, noche de barbacoa, noche de juegos, una zona común llena de gente que creaba un espacio acogedor para relacionarse y una piscina increíble. 
Además, tenías cada día de forma gratuita una clase de 1 hora de yoga y un masaje de 15 minutos cerca de la piscina que era como tocar el cielo. La comida y bebida también era increíble.
Las habitaciones eran de 4 personas y las camas eran dobles. Sin duda volveré.

El centro

Me tomé un día tranquilo por Ubud para compensar el jet lag y fui andando por el centro viendo todas las ofrendas que hacen en el suelo y volviendo a maravillarme por esta cultura. 
También visité el Ubud palace, la verdad que los templos de Bali me parecen una maravilla, el mercado del arte donde había mil cosas bonitas que me hubiera encantado comprar, mil rincones con pinturas increíbles, pero recordad que hay que regatear normalmente un poco más de la mitad. 
Decidí comer en Mai Malu Warung, un nasi goreng que estaba buenísimo y junto a un zumo pague 4,5 €. La verdad que si intenta comer en sitios locales es muy barato.

Zona este en moto

Decidimos alquilar una moto con unas cuantas chicas del hostal e irnos a explorar la zona de Sidemen. Ir en moto por Bali te da una libertad y la posibilidad de disfrutar de unos paisajes únicos y verdes viendo la gente local y la verdad que me parece un must si sabes conducir por la izquierda.
Fuimos bastante lejos para ir a visitar una cascada con piscinas naturales que la verdad que estaba poco concurrida y era my bonita porque tenías unas vistas a la vegetación increíble. 
A nuestra vuelta a Ubud paramos a comer a un warung maravilloso con una decoración vintage llamado Warung Hana, muy recomendable. A la vuelta nos encontramos una ceremonia maravillosa.

Monkey forest

Blend café, está situado justo después del Monkey forest y es sin duda un lugar al que se tiene que ir. Hacen arte con la comida, especialmente con los bowls, no solo son bonitos, sino que están muy buenos. Yo me pedí un butter peanut bowl y un pistaccio ice latte y volvería a repetir.
Por la tarde pase por la divertida Monkey forest, que tiene una entrada de 50.000 rupias y todos los consejos para no ser atacada por los monos, aunque ellos están en su hábitat natural y hay que entender que nunca se sabe como van a reaccionar. 
Fue divertido ver su similitud con los humanos al comer, al tocarse...

Wayan house

Quise alargar mi estada en Ubud y Savanna estaba lleno, así que me mudé a una casa balinesa llamada Wayan House. La verdad es que no era tan instagrameable como la anterior, pero me encantó la experiencia de estar en una casa privada. Wayan es una mujer encantadora, te ayuda muchísimo con todo y la casa es sencilla, pero suficiente, además también tiene una piscina pequeña donde relajarse y cuesta 7 € la noche. Los desayunos son increíbles y es muy bonito entrar y ver primero tu templo y vivir en la parte trasera que hace que no se oiga nada de tráfico porque está situada justo en el corazón de Ubud.