Cap Skirring
Nuestro siguiente destino, Cap Skirring, era la zona más turística que íbamos a visitar. Paramos en un mercado artesano local donde nos perdimos por sus calles laberínticas, pudiendo comprar artesanías variadas, desde máscaras, a joyas, a pinturas.
En el mercado conocimos a un pintor llamado Frido de origen nigeriano que creaba arte moderno en pintura y máscaras, la verdad que sus piezas eran muy interesantes.
Había también tiendas de comida, carnicerías con sus piezas de carne colgando y por primera vez vimos inmobiliarias.
Nos alojamos a primera línea de mar en el hotel Chez Campos.
La playa de Cap Skirring
Esta ciudad costera es la más turística de la ruta, aunque comparado con otros países prácticamente no había turismo.
Nuestro hotel estaba en una colina en primera línea de mar donde se veía perfectamente las palmeras y las olas de la playa, una playa larga perfecta para surfear, pasear... El hotel era de cabañitas muy modernas y con habitaciones muy completas.
Al llegar comimos "arroz con pez" y por la tarde fuimos a andar por la playa. Paseamos a lo largo de esa playa larga de arena dura porque la marea había bajado. Desde la playa veías muchos chiringuitos de música reggae con mesas y tumbonas para tomarte algo, y sí que me di cuenta de que era la zona turística, aunque no había ningún lujo, todo era muy auténtico.
En el paseo vimos rocas preciosas, y la fina capa de agua que quedaba en la arena era como un espejo, mientras íbamos caminando me di cuenta, así que paramos un rato a tomar fotos con ese bonito paisaje y su reflejo.
A lo largo del paseo también conocimos a Regina, una chica que tenía una tienda de ropa en la playa, muy simpática y con muchas ganas de vender. Lo que queríamos y no tenía nos lo trajo por la noche al hotel y la verdad que la señora lo hacía muy bien.
Sin duda una zona que me gustó mucho y que la recomiendo, aunque reconozco que no era temporada alta porque creo que hay otras épocas del año que debe haber mucha gente. En abril estaba todo muy tranquilo.
Andando por la playa vimos mujeres andando con objetos en la cabeza con sus vestidos de tela africana que me tienen enamorada, también vimos vacas en la playa y una cosa muy curiosa es que los chicos que trabajaban en el hotel nos seguían todo el rato andando por la playa a distancia.
Esto tengo que reconocer que nos agobió bastante porque era una zona segura, y nos apetecía andar sin tener ningún guardaespaldas.
Aprovechamos y paramos a medio paseo para ver el atardecer con Pierre que se unió a la parte final del paseo con nosotras.
En nuestra noche en Cap Skirring comimos por primera vez pollo para cenar, y al terminar había un grupo de música y danza local en el hotel. ¡Al final terminamos todos bailando y la verdad que al lado de ellas no podemos hacer nada porque era unas cracks!
Decidimos ir a una discoteca senegalesa para vivir la experiencia y aunque no había mucha gente fue muy divertido y la música que ponían era como la de aquí, incluso nos pusieron Los Caños. La discoteca era una terraza y se vinieron varios del hotel para protegernos otra vez.
Al día siguiente rumbo a Ziguinchor nos despedimos de nuestro querido guía, Pierre. De camino nos despedíamos también de los auténticos paisajes de la zona de la Casamance.