Bienvenidos al Cairo
Llegamos por la noche a El Cairo y después de una buena cola para el visado cogimos un taxi directo a nuestro hotel enfrente de las pirámides. Se llamaba Comfort Sphinx Inn Hotel.
El hotel era muy normalito, la habitación no era la mejor del mundo, pero para dormir y asearte un poco suficiente. Eso sí, tenía una terraza de ensueño arriba donde ver una vista de las pirámides increíble durante el atardecer y un desayuno muy completo y rico con unas supervistas. El desayuno fue típico egipcio y tomamos ensalada de queso y tomate, falafel, patatas fritas, tortilla y pan egipcio acompañado con té o café, aunque tampoco es el mejor café, pero las vistas son de ensueño.
La primera toma de contacto con el país, con ese desayuno, fue sin duda una muy buena bienvenida. Me sorprendió que solo están asfaltadas las carreteras principales, todas las calles fuera de esta son de tierra, y cuando te llevan al hotel parece que vayas a un callejón que, a primera vista y más si es de noche, da mala espina.
La situación del hotel es muy buena porque a 3 minutos andando hay la puerta del parque de las pirámides por la entrada de la esfinge. Ellos te aconsejan que cojas un guía, y nosotras al ser las primeras horas en el país les hicimos caso, pero francamente puedes ir por tu cuenta porque es muy seguro y no es nada difícil conseguir las entradas.
Primera parada: Sakkara y Memphis
En nuestro primer día disfrutamos de una visita muy completa. Primero visitamos Sakkara la pirámide más antigua de todas cuya forma es diferente a las demás porque hace como estratos. Para la primera impresión es muy chula, pues es imponente, aun así también aprendimos que hay que andarse con ojo porque está lleno de gente que con diferentes excusas (una foto, un camello, un abuelo... ) intentan quitarte el dinero. Sus fotos son la excusa favorita, así que si quieren tomar fotos háganlo disimuladamente porque si les ven le van a pedir un "tip" y se lo toman francamente mal si no les das nada, además les da igual euros que su propia moneda.
Una vez terminada la visita fuimos a Memphis, la capital del antiguo Egipto, y pudimos ver diferentes restos arquitectónicos y su enorme estatua yacente de Remsés II. Muy recomendable.
Lo que también me gustó mucho fue el camino cuando vas viendo como es el país, sus edificios, algunos medio en ruinas, la gente humilde, como llevan los campesinos las hierbas en la bicicleta, el carnicero con toda la pieza de carne colgando y una oxidada balanza, los niños que van al colegio con su uniforme, la verdad que te impregnas de su cultura.
Piramides de Guiza
Terminada estas dos visitas sí que dedicamos todo el resto del día a las pirámides de Guiza. Son espectaculares, y un sueño cumplido al tratarse de una de las maravillas del mundo, Se ven desde varios puntos todos ellos espectaculares aunque había demasiado vehículo en el paisaje.
Son enormes, las piedras también, de hecho te pones al lado y son más grandes que tú y te preguntas como antiguamente eran capaces de construir eso. Para hacer toda la ruta nosotras cogimos un taxi privado y nos fue llevando a los diferentes puntos que le pedimos. En la pirámide de Kefrén la más grande (según el efecto óptico) puedes acceder a la cámara funeraria. Aun así, no es apto para gente con claustrofobia o que se agobia con sitios muy pequeños, porque el túnel es de 2 direcciones y cuesta pasar. Paseamos entre las diferentes pirámides y una vez más hay que llevar cuidado con los locales de los camellos.
De allí nos dirigimos al panoramic point, no voy a comentar mucho, solo que hay demasiados turistas y no vale la pena, puedes hacer un panoramic view point desde muchos lugares sin tanta gente como en ese en concreto al que los guías te quieren llevar si o si porque también hay unos tenderetes con detalles para comprar.
9 pyramids lounge
Decidimos ir a tomar un café al 9 Pyramids lounge, ese si que es el perfecto view point. Para mí, un must si vas a las pirámides, puedes tomarte algo y observar tranquilamente esa maravilla arquitectónica. Dato importante, en abril del 2023 no hacía falta reservar, aunque si queréis comer allí es recomendable hacer la reserva porque es un lugar que se está poniendo de moda y cada vez costará más encontrar sitio para comer.
El 9 pyramids es un restaurante, la verdad no es el más barato, pero tampoco es excesivamente caro, y también hay una zona con unos chill outs étnicos para tomar algo donde puedes contemplar toda la zona de las pirámides. En él hay un horno de leña donde hacen el pan al momento, y había unas mujeres muy agradables que cuando les pedí si podía grabar un vídeo me dijeron que sí y además me regalaron uno de esos panes deliciosos recién hechos.
Una de las cosas que más me sorprendió es la cantidad de coches y autobuses que hay en la zona y que francamente estropean bastante el lugar, así que este restaurante también está bien porque te alejas de todo ese bullicio. Hay un balcón de madera donde puedes ver todo el parque y la verdad que es una bonita vista, aunque también es verdad que cuesta ver un horizonte limpio por el polvo del área del parque. Pero con el horizonte más limpio o menos, sin duda vale mucho la pena.
La esfinge
Antes de irnos, recordar que cuando fui a Egipto estaban en Ramadán y cerraban a las 16:00 fuimos a ver la esfinge. Hay muchos puntos de vista, todos me parecieron increíbles, aunque de frente con el resto de pirámides al fondo es una de las imágenes que me quedaron grabadas en la memoria porque es una vista que te intimida, te sientes superpequeña ante una obra de arte de la edad antigua.
Había mucha gente en esa zona, supongo que para verlo más tranquilamente, una buena idea es ir a primera hora de la mañana porque el resto de las pirámides es un espacio tan enorme que aunque hay mucha gente no se abulta en el mismo sitio. Para poder hacer la foto besando a la esfinge lo mejor es hacerla desde la bajada de las pirámides, aunque la realidad es que suele haber una cola de autobuses con turistas a un lado y la esfinge al otro. Delante de la esfinge había muchas sillas y es que a veces hacen conciertos o festivales de música, sin duda si coincides con uno debe merecer la pena porque el lugar es único.
En esta zona también podrás comprar souvenirs si te apetece porque hay varios puestecitos. Hay que tener cuidado porque no todo lo que ofrecen es auténtico o de calidad y ellos son muy insistentes porque se ganan la vida con los turistas.
Atardecer entre pirámides
Ya al salir fuimos a comer a un restaurante delante del recinto llamado Abou Shakra. Allí probamos uno de los platos típicos de Egipto: la Kofta, que es como una salchicha de ternera pero con un sabor bastante fuerte, y suelen acompañar el plato con arroz cocinado con especies. También pedimos un pollo al grill con arroz para asegurar que eso nos gustaría. La comida era buena, pero, las vistas del restaurante son increíbles.
Después nos fuimos a descansar un poco al hotel que a medianoche cogíamos un vuelo al mar rojo, a Hurgada.
Antes de irnos al atardecer decidimos dar un paseo, no es el lugar donde más segura me he sentido, pero si es verdad que solo miran y no te dicen nada. Mirando arriba (algo obligatoria siempre) descubrimos una terraza increíble llamada Sunshine Café donde tomar un sabroso jugo de mango viendo al atardecer con una de las maravillas del mundo. Había como dos ambientes, uno más convencional y otro con unas tiendas beduinas. El jefe del local tenía otro negocio en Miami, USA y sabía lo que les gustaba a los turistas, una terraza con DJ y buenas vistas.
Para irnos al aeropuerto cogimos un Uber, pues es una de las mejores formas de moverte por Egipto, ya que es muy barato y funciona muy bien. Totalmente recomendable cogerse la tarjeta y moverse con Uber.
BAZAR KHAN EL KHALILI
Al final de la ruta volvimos a El Cairo para pasar una noche y medio día antes de coger el avión de vuelta.
Esa mañana decidimos aprovechar para visitar y hacer alguna compra en el Bazar Khan el Khaluli. Cogimos un Uber y fuimos por nuestra cuenta. Llegamos sobre las 10:30 y era una poco pronto porque aún había muchos puestos cerrados, así que decidimos andar un poco por la zona. Al final del bazar se convierte en un mercado local de textil.
En el bazar hay que regatear, muchos dependientes te quieren timar, e incluso algunos no te regatean lo suficiente y no bajan, pero es mejor dejarlo porque en otro sitio ya lo encontraras a un precio razonable. Hay que tener cuidado también con las calidades de los productos, ya que te quieren vender gato por liebre.
También pasamos por el café Fishawy repleto de espejos y donde poder catar un delicioso té, aunque era tan temprano que no me apetecía. Pero es curioso de ver, se tiene que visitar la zona porque es curiosa.
Las calles de esa zona de El Cairo eran antiguas, de hecho se llama Old Cairo y me recordaban mucho a la Habana, callejear por allí fue muy bonito pero muy corto porque solo me quedaba una mañana en Egipto.
VUELTA A CASA
Para la última noche en el Cairo nos alojamos en Tahrir Square Hostel en una habitación privada. El hostal no es nada del otro mundo, pero el desayuno es muy completo y la ubicación es perfecta. Así que para 1 noche en El Cairo lo recomiendo como hostel.
Antes de irme quería ir a un café, pero al ser Ramadan no estaba abierto, así que fuimos justo al lado del hostel a tomar unos pancakes para despedirnos. Nos hicimos la foto con los anillos convertidos en alianzas para que los egipcios no nos estuvieran encima todo el rato. Para irme al aeropuerto cogí un uber y mi amiga se quedó en el Cairo, pues ella seguía viajando y se iba a la mañana siguiente.
Volé con Swiss airlines y la verdad que fue muy cómodo. Al ser Pascua nos regalaron un conejito de chocolate en el vuelo. Antes de llegar a Barcelona hice noche en Zurich y me alojé en un hotel cápsula en el mismo aeropuerto para descansar un poco antes de coger el último vuelo ZRH- BCN