Bodrum
Bodrum es la primera ciudad de la Riviera Turca que visite, lo llaman el Santorini turco, y no les falta razón, pues el centro es precioso, lleno de calles blancas con buganvillas de color rosa y lila. A orillas de la playa está lleno de restaurantes y justo enfrente tiene un castillo que se puede visitar.
Hay 2 marinas unidas por el centro histórico lleno de tiendas y restaurantes. Es una ciudad que merece la pena visitarla tanto de día como de noche, aunque de noche con las luces y el ambiente me encantó. Cabe decir que es una ciudad muy turística y hay mucha vida nocturna, por lo que si quieres descansar mejor no te cojas un hotel el centro histórico.
Es la ciudad reina de las tiendas de imitaciones y la verdad que hay algunas que están muy bien conseguidas. Hay que tener un poco más de cuidado que en Estambul porque los turcos de Bodrum se nota que están acostumbrados a los turistas y a veces buscan un poco estafarlos por lo que hay que tener un poco de ojo cuando se te acercan.
Todos los rincones son de foto y sí que tiene un aire a isla griega. ¡Para cenar la oferta es infinita, aunque si te vas a la línea de playa, pero un poco más lejos del centro nos aconsejaron un restaurante llamado Berk donde comí una lubina a la parrilla increiblemente fresca y buena a muy buen precio!
Hay muchas opciones donde quedarte. Una buena opción es alejarse del centro, pero en este caso yo no lo hice, aunque no estaba en la zona de bares y restaurantes nocturnos, sino un poco más al lado. Un pequeño hotel llamado The professor's hotel, con piscina y una terraza con vistas. La habitación era muy pequeña y básica pero suficiente. Es difícil aparcar en la zona si llevas tu coche.
Bodrum es un poco caro para alojarse, pero ese sitio calidad precio estaba muy bien. Recorriendo las calles, en el suelo está lleno de mosaicos con ojos turcos de la suerte con los que hice, creo, que unas 200 fotografías.
Blenk Cafe
El hotel no tenía desayuno incluido, así que una opción fue buscar sitios donde poder desayunar. Hay cafés increíbles, pero abren tarde y están un poco más alejados de la zona donde me alojaba.
Andando en la primera bahía encontré the Blenk Cafe, un sitio alternativo, con un interior muy característico y una terraza en plena callejuela típica de Bodrum. La comida era espectacular, pude desayunar un buen café y en mi caso tomé una tostada con aguacate y huevo con semillas y estaba muy rico.
Definitivamente, vale la pena acercarse y tomar un brunch en este sitio que sí que está abierto pronto por la mañana.
La playa de Bodrum no es para nada bonita, así que al tener un coche decidimos inspeccionar la zona y buscar otras playas más bonitas y con menos gente. Una opción es coger un ferry e irte a una isla griega que están muy cerca de Bodrum. Pero nuestro plan fue recorrer la costa que es preciosa y tiene vistas increíbles, también puedes ver pasarelas con Beach clubs y ambiente local.
Finalmente, llegamos a la zona de Akyarlar, una zona tranquila con bonitas playas. Allí encontramos una zona entre dos playas con pequeñas calas entre rocas de aguas turquesas y preciosas, alejadas de todo. Llamó la atención que había unos parasoles con candado y al cabo de un rato llegaron unas familias turcas que lo dejan siempre allí porque justo veranean en los edificios de enfrente. Las familias turcas fueron superamables, nos acercaron su cultura, como veían la evolución de la zona, y fue divertido ser uno más entre ellos te hacían sentir como en casa. También nos dijeron que si o si teníamos que visitar al atardecer y cenar en la zona de Gümuskluk, no lo había ni leído ni visto en ningún lado, pero era tan agradable que decidimos hacerles caso.
Gümüslük
Si hay un lugar precioso, bonito y que no se puede parecer mas a una isla griega sacada de una película es Gümüslük.
Seguimos las recomendaciones del hombre que conocimos en la playa. El pueblo pesquero es muy pequeño y el párquing se tiene que pagar, pero no es para nada a precios europeos y merece definitivamente la pena. Es importante ir temprano, yo fui hacia las 19:00 porque ves la zona con la puesta de sol y el color anaranjado con el blanco de las casas, los locales y restaurantes con el toque de color, los ojos turcos de la suerte colgando y la buganvilla es un sueño.
Al llegar hay un pequeño mercado local con algunos productos artesanales, entre ellos las famosas calabazas de colores.
En cuanto a restaurantes, hay un sin fin de restaurantes que más o menos ofrecen lo mismo, neveras con pescado fresco que lo cocinan normalmente a la brasa, y unos entrantes fríos a base de yogur, verduras y pescado mayoritariamente.
Caminando por la zona también vi muchos espejos, algunos con frases, otros con el nombre del restaurante, y un lugar ideal para hacerte fotos y tener un bonito recuerdo.
Gümüslük es sin duda un must de la zona por lo bonito e idílico que es. Conduciendo está a unos 40 minutos de Bodrum, aunque es una zona con tráfico y a veces puedes tardar un poco más.
De entre los infinitos restaurantes de la zona para cenar, escogimos Fenerci, por la ubicación, enfrente del mar, con una terraza con vistas directas a un atardecer increíble, y el servicio y la comida muy bien. Quiero destacar que el pulpo que comí en este restaurante, es el mejor pulpo que he comido en mi vida, muy recomendable,
Esa cena era preciosa y un lugar ideal en este maravilloso planeta.
Después de cenar, andando por el pueblo costero, conocí a un hombre que hacía una especie de buñuelos, me dio a probar y le dije que de postres le compraría unos pocos, así que siguiendo a mi palabra fui y los compré. No hablaba inglés, pero era tan agradable y gentil que fue una de esas personas estrellas que te dan buena energía.
El no tour a la isla de Orak
En todos los viajes no todo es perfecto, y aquí viene la parte no perfecta del mío. Cogimos un tour para ir a la isla de Orak que había oído que era muy bonito y las aguas eran increíbles. Paseando vimos que había un montón de barcos que hacían el tour, así que compramos uno para el día siguiente.
Al llegar pagamos el resto y nos dijeron que fuéramos al barco, primera sorpresa no era un barco para 20-25 personas como habíamos cogido, sino que era para 70. Aun así, en la parte de arriba había unas colchonetas y una zona de solarium, pero no era la idea de lo que queríamos. Las 2 primeras paradas que hicimos para bañarnos, el agua era bonita, pero el paisaje no, pues había edificios feos que estropeaban las vistas, y no era para nada un lugar paradisiaco. Seguimos esperando porque veíamos que avanzábamos muy despacio.
Comimos en el barco, la verdad que era correcto, y de golpe miro el gps y veo que empezamos el camino de vuelta, Voy a hablar con el capitán y me dice que ese tour no va a Orak Island, pero resulta que en el mismo barco hay 3 grupos más que se les vendió el tour de Orak y estaban en este. Al final el capitán devolvió una parte del dinero a los otros, pero a mí no porque me dijo que tenía que hablarlo con quien lo había contratado porque él aún no había sido pagado.
Al final al bajar tuve que ir al estand dónde lo compré y después de la falta de educación y pollo que se montó con unos mafiosos que se dedican a engañar al turismo, me devolvieron todo el importe, pero no fue fácil. Pongo las fotos del estand y de la gente, porque francamente me molesta y mucho que haya gente que se dedique a engañar al turista. Pero en este caso, aparte de engañarme, me faltaron al respeto, se rieron y eso aún me parece caer más bajo. Aparte de hacerles la reseña que se merecen desde aquí os echo un cable para no caer con mala gente como esta.
Bodrum es un bonito pueblo, dicen que es el Santorini turco, con la cantidad de turistas que hay seguramente podría ser, pero merece la pena verlo. Aun así mi consejo es solo ir a Bodrum centro para verlo, pero aprovechar los alrededores porque es increíblemente bonita la zona. No dudéis en añadir este destino en vuestra ruta de la Riviera turca.