El camino hasta llegar a la zona del volcán Taranaki, seguían siendo colinas verdes, con ovejas, y curiosamente descubrí las famosas paradas de autobús individuales, así como los puestos donde venden fruta o estiércol sin nadie que lo controle porque la gente allí es honrada.
La zona donde me alojé es New Plymouth, una ciudad con un estilo de vida saludable como en todo el país, donde en días despejados tienes unas increíbles vistas al volcán Taranaki. Me tuve que conformar con las fotos porque, justamente yo, no pillé esos días.
Me alojé en casa de Linda un airbnb muy agradable con un matrimonio adorable, al marido le fascinaban los clásicos y cada mañana quedaba con sus amigos para salir a dar una vuelta con los clásicos que poseen. Me enseñó con el que salió esa mañana y nunca había visto a un señor tan feliz.
Una de las cosas que más me gustaron de New Plymouth es su gastronomía, hay el mejor restaurante indio, casi diría que del mundo, incluso mejor que en la propia India. Se llama Cinnamon Kitchen Indian restaurant y el Dal es increíblemente bueno.

Había visto muchas fotos de un lago con vistas al volcán y quería hacer ese trekking, es de dificultad media más que nada porque es una caminata larga, pero el camino está muy bien indicado y es ir subiendo escalones. La zona de Egmont National Park está al lado de New Plymouth y yo cogí el camino de Mangorei track a Pouakai Tarns.
La subida es preciosa, parece un bosque encantado, los troncos tienen ese verde de aspecto fantástico y una cosa que me llamó mucho la atención es el mantenimiento, en Nueva Zelanda cuidan mucho todos los caminos y todas las maderas estaban perfectas. El tiempo fue empeorando por momentos, pero llegué al refugio para resguardarme un poco del viento y la lluvia.

Antes de llegar al lago para ver las vistas al monte Egmont, hay un refugio. Estaba lleno de gente, pues el clima iba empeorando por momentos, cada vez estaba más en la cima, así que el viento era mayor.  
Me pare para resguardarme de la lluvia, firmar en el libro y descansar un poco y beber agua. En la pared del refugio había fotos colgadas de las vistas del monte Egmont y su reflejo en el lago. Al principio de la subida vi a unos chicos que me dijeron que más que un lago era un charco porque era muy pequeño. Después de descansar un poco vi que quedaba 1 km para llegar al lago, llevaba horas de subida, así que decidí arriesgarme y subir. 

Empecé a subir sola, pero por suerte me encontré una pareja de la isla sud que me ayudaron a encontrar el camino porque en una zona donde el track desaparecía me costó identificar hacia donde debía ir. ¡El viento cada vez era más fuerte, pero llegué!  Y sí, menuda decepción, el lago era un charco y no había vistas a ningún monte, solo se veía la niebla como se puede ver en las fotos. 
Pero debo decir que el camino de subida merece la pena porque ya es precioso, si encima puedes ver las vistas es el plus de la perfección. A la vuelta entre la lluvia y el viento quería sonarme y con el ángulo del brazo el fuerte viento me tiro del camino al margen menos mal que una señora vino a ayudarme, me lo tomé a risa, pero sí que es importante aprender la lección, la montaña da respeto y si las condiciones no son buenas mejor bajar.

Subiendo hacia Auckland por la costa hay una zona donde se encuentra una playa secreta, se llama Waikawau Beach y se llega a través de un túnel con vistas directas a la playa de arena negra. Otra playa volcánica increíble en ese país. Yo estuve completamente sola, porque poca gente hay por allí, hay olas para los amantes del surf, y las piedras de esa playa son de otro nivel, las tonalidades son increíbles y puedes ir paseando y andando por la playa observando los diferentes estratos, incluso dentro del agua cuando la marea baja la puedes ver. 
Es una bonita y recomendable parada para hacer si vas subiendo con calma y te lo puedes permitir, consigues oír solo los sonidos de la naturaleza porque literal que es una playa aislada de todo. 

Otro atractivo turístico de la zona de Taranaki que me apetecía ver era la playa de las Three sisters, porque en la foto me recordaba mucho a la playa de los 12 apóstoles. 
Subiendo hacia el norte me vino de paso.
Importante si queréis ir a verla es controlar las horas de las mareas, porque es una playa de difícil acceso y en el horario de marea alta es imposible llegar, así que solo la podrás observar a lo lejos desde el mirador. 
Antes de llegar hay una zona curiosa que no entendía al principio con chanclas perdidas que han hecho un muro y también una nevera que la utilizan como intercambio de libros de segunda mano. 
Al llegar empezaba a bajar la marea y aun así tuve que cruzar por el barro y el agua fría, fue una aventura muy divertida, no ves lo que pisas, la textura es resbaladiza, pero una vez cruzas es increíble, otra playa volcánica con las rocas, está la Elephant rock que la puedes cruzar por dentro y luego las 3 rocas en el agua que simbolizas las 3 hermanas. 
Cuando te vas acercando a las three sisters hay que tener cuidado con el oleaje y sobre todo estar pendiente del tiempo porque si vuelve a subir la marea te quedas allí pillado, aunque es una zona turística y siempre hay alguien que te ayuda a controlar los tiempos.
Para mi gusto, una parada obligatoria para poder disfrutar de esta playa, las vistas, el océano... Y añadir un poco de aventura de cruzar sin ver donde pisas con los pies en agua helada, a mí particularmente también me llovió un poco y me tuve que refugiar en el Elephant Rock, pero me pareció divertidísimo.
 

La zona de Taranaki a mí particularmente me gustó. Si que es verdad, que hubiera preferido disfrutar de otro clima con menos lluvias y poder disfrutar de la naturaleza que tiene porque es increíble, aun así me fascino tanto la excursión como las playas. La gente de esa zona me pareció especialmente simpática y gentil y una zona muy familiar y sana. 
Si solo tienes 15 días para visitar este maravilloso país no lo añadirás probablemente a tu itinerario, pero si estas 1 mes sin duda ponlo y visita la zona.